Su voz (Patricia González) le sobra para medirse en cualquier género musical e improvisar chistes al estilo de los grandes comediantes norteamericanos.
Solo ella (Patricia González) puede darse el lujo de asumir esos aires de diva. Temperamental, orgullosa, cortante cuando decide serlo, es capaz de llenar cualquier sala del país y de agotar la taquilla 10 días antes con solo anunciar su nombre.
Cumplió treinta años en el escenario y lo ha hecho… ¡a lo grande! Patricia González, una señora artista, cuya fama ha trascendido a varios países, asegura que hoy por hoy, es una verdadera profeta en su tierra.
«Una vida bastante agitada, con muchas dificultades, pero, al mismo tiempo, con muchas alegrías, vivencias y experiencias», expresa Patricia González al evaluar sus 30 años dedicados a la música.
La cantante (Patricia González) ha prometido varias sorpresas y lo único que adelantó es que entre el público estará gente del medio artístico. ¿Habrá algún dueto?
En estos días de negociaciones por la paz… Guayaquil se apresta a vivir su propio encuentro pacificador en las voces de dos figuras brillantes del canto de Ecuador y Perú: Patricia González y Eva Ayllón.
Patricia González, de Ecuador, y Eva Ayllón, del Perú, dos connotadas cantantes que han alcanzado el sueño que muchos artistas tienen de ser profetas en su tierra, presentarán el próximo 24 del corriente un espectáculo titulado: «Dos voces y un sentimiento».
Patricia González no solo demostró que es una extraordinaria intérprete en el concierto que ofreció el pasado miércoles en el Teatro Centro de Arte, sino que además es una excelente show woman.
De ella aún no se ha dicho la última palabra, porque cada día que pasa en la vida de Patricia González, se apuntan más y más elogios, comentarios positivos a sus hazañas musicales, a su voz nostálgica y profunda como el mar que todas las mañanas la ve despertarse.
La última vez que (Patricia González) se paró en un escenario ante los guayaquileños, fue por el mismo motivo por el que esta noche saldrá ante los quiteños: el cierre de su primer cuarto de siglo como intérprete profesional.